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Escrito por: Olivia Bennett
Actualizado el: 6/3/2025
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Rastreando los orígenes del cóctel Corpse Reviver #2

libro de cócteles vintage con receta de corpse reviver

Pocos cócteles llevan un nombre tan memorable como el Corpse Reviver #2—una bebida envuelta tanto en ingenio como en historia. Más que una curiosidad peculiar, es una ventana a la cultura de consumo anterior a la Prohibición, a la mixología inventiva y a los ritmos del renacimiento clásico del cóctel.

Primeras menciones: Corpse Revivers en la literatura del siglo XIX

El concepto de “revividor de cadáveres” se remonta a la década de 1800, apareciendo en manuales de bar y periódicos como un término humorístico para cualquier bebida estimulante para la resaca matutina. Estos tónicos, a veces un ponche y a veces un cóctel fuerte, prometían levantar el ánimo—reviviendo literalmente el “cadáver” dejado por la excesiva indulgencia de la noche anterior. Pero la formulación exacta variaba.

  • Las primeras menciones del Corpse Reviver no eran recetas estandarizadas, sino una categoría de bebidas para recuperar energías.
  • Bartenders británicos y estadounidenses usaban el término para mezclas potentes y aromáticas—a veces hechas con brandy, otras con whisky, y luego con ginebra.

El Corpse Reviver #2: Un clásico definido en papel

La receta precisa reconocida hoy como Corpse Reviver #2 apareció por primera vez en "The Savoy Cocktail Book" de Harry Craddock en 1930. Craddock, uno de los bartenders más influyentes del período de entreguerras, codificó una versión a base de ginebra que se distingue de los Corpse Revivers anteriores liderados por brandy. Su fórmula #2 es una rara armonía de ginebra London Dry, Cointreau o triple sec, Lillet (ahora usualmente Cocchi Americano), jugo de limón fresco y un toque de absenta.

  • Craddock anota en su libro: “Cuatro de estos tomados en rápida sucesión revivirán al cadáver nuevamente.”
  • La adopción generalizada de esta receta se debió mucho a su equilibrio—vivaz, cítrico, aromático y ligeramente amargo.

Una receta digna del Smithsonian: Encanto y elegancia

La receta Corpse Reviver #2 curada por el Museo Nacional Smithsonian refleja el legado de Craddock mientras evoca la reverencia en la historia de los cócteles por la precisión. El enfoque archivístico del museo enfatiza el lugar del cóctel en la cultura social de principios del siglo XX: un testamento líquido tanto al arte de la hospitalidad como a la evolución del gusto.

  • 30 ml de ginebra
  • 30 ml de Cointreau (u otro triple sec)
  • 30 ml de Lillet Blanc (o Cocchi Americano)
  • 30 ml de jugo de limón fresco
  • 1 ml de absenta
  • Añade todos los ingredientes a una coctelera llena de hielo.
  • Agita vigorosamente durante 10 segundos hasta que esté bien frío.
  • Cuela en una copa coupe o de cóctel previamente enfriada.
  • Decora con una fina espiral de limón.
corpse reviver 2 in coupe glass with lemon twist

Evolución y resurgimiento: El moderno Corpse Reviver #2

Después de caer en el olvido alrededor de la mitad del siglo, el Corpse Reviver #2 fue reivindicado por entusiastas de los cócteles clásicos durante el renacimiento de los cócteles artesanales en el siglo XXI. Los mixólogos modernos han afinado la receta, a veces reemplazando Lillet por Cocchi Americano para resucitar el carácter agridulce original, pues el Lillet Blanc actual es menos amargo por la quinina que su predecesor.

  • El Corpse Reviver #2 une la vieja y la nueva escuela: su perfecta simetría de ginebra, cítricos, aromáticos y un toque de absenta captura la técnica clásica de bar y las tendencias del paladar moderno.
  • Su estatus de culto se debe mucho a su versatilidad—igual de apropiado para el servicio previo a la cena o como un audaz cóctel de brunch.
corpse reviver 2 cocktail on a modern marble bar

Significado cultural: sátira, mixología y ritual

Más allá de su sabor, el Corpse Reviver #2 persiste como un artefacto juguetón de la cultura del cóctel. Su nombre satírico, mitad advertencia y mitad invitación, captura una era que valoraba tanto el exceso como su antídoto. El encanto perdurable radica no solo en su complejidad ácida y herbal, sino en el ritual de preparación—un guiño a la edad de oro de la coctelería que valoraba la narrativa y la precisión.