Actualizado el: 6/3/2025
La historia del cóctel Scotch Sour

Pocos cócteles cruzan continentes y siglos como el Scotch Sour. Celebrado por su sutil toque ahumado y su dulzura equilibrada y ácida, la historia de esta bebida es inseparable de las entrelazadas historias de la cultura del whisky, el comercio internacional y el léxico siempre cambiante del cóctel.
Una base ácida: El siglo XIX Whiskey Sour
No se pueden desenterrar las raíces del Scotch Sour sin antes indagar en la familia más amplia de los “sours”. A principios del siglo XIX, cuando las bebidas con mayor contenido alcohólico dieron paso a cócteles más refrescantes y con acentos cítricos, surgió el Whiskey Sour. Su esencia era elegantemente simple: whiskey, jugo de lima o limón y azúcar. La referencia escrita más antigua, de Jerry Thomas en su guía de cócteles de 1862, señaló su popularidad en bares estadounidenses, inspirada en el ponche naval y la tradición de mezclar licores con cítricos para preservar la vitamina C y enmascarar sabores más ásperos.
El Scotch conoce al Sour: Cruzando el Atlántico
A pesar del éxito del Whiskey Sour, el whisky escocés rara vez tuvo un papel principal en la cultura temprana del cóctel. El centeno y bourbon americanos eran los licores preferidos para los sours, en parte gracias a sus perfiles más dulces, redondeados y su fácil disponibilidad. El Scotch, con su carácter firme, turba terrosa y delicada sutileza ahumada, se disfrutaba más a menudo solo.
Sin embargo, a finales del siglo XIX y principios del XX, el comercio global y la creciente emigración escocesa comenzaron a cambiar los paladares. Los bartenders en Londres y Nueva York, siempre ansiosos por experimentar, recurrieron a los whiskies escoceses mezclados como nueva base para la fórmula tradicional del sour. En manuales influyentes como el “Manual de Bartender Nuevo y Mejorado” de Harry Johnson (edición de 1900), el uso del whisky escocés en los estándares antiguos se volvió cada vez más común.
La Prohibición, el whisky mezclado y el auge del Scotch Sour
El gran experimento de la Prohibición (1920–1933) fue tanto un revés como una oportunidad para el whisky escocés. A medida que los licores nacionales escaseaban y el contrabando prosperaba, el Scotch de contrabando —y especialmente las mezclas más suaves y accesibles como Dewar’s y Johnnie Walker— inundaron los speakeasies estadounidenses. Los bartenders adaptaron sus recetas, y el Scotch Sour se convirtió en un símbolo de sofisticación y mística del Viejo Mundo, su columna vertebral de turba suavizada por el limón y el endulzante.

Evolución del sabor y variaciones modernas
Después de la Prohibición, el perfil del Scotch Sour evolucionó conforme cambiaron los gustos. El jugo de limón siguió siendo estándar, pero algunos bares comenzaron a sustituirlo por naranja o a mantener la lima para un toque más brillante. La adición de clara de huevo, que aporta una textura sedosa y una espuma cremosa, se volvió más común, especialmente en la mixología de mediados de siglo. El jarabe simple reemplazó al azúcar granulada para una mezcla más suave.
En la era moderna, los single malts premium se utilizan ocasionalmente para propuestas más aventureras, aunque la mayoría de las recetas aún prefieren las mezclas por balance. Algunos bartenders contemporáneos añaden un flotante de whisky turba o un toque de licor herbal, pero el carácter esencial—una mezcla de la profundidad ahumada del Scotch y el golpe cítrico—permanece sin cambios.

Legado en la familia Sour
Más que una simple variación del Whiskey Sour, el Scotch Sour es un testimonio de la adaptabilidad del whisky y la marcha global de la cultura del cóctel. Ya sea preparado para los clásicos con Scotch mezclado, limón y azúcar, o reinventado para paladares aventureros, su historia sigue desarrollándose en bares de todo el mundo. La historia, con turba o sin ella, se disfruta mejor sorbo a sorbo, ácido y ahumado a la vez.