Actualizado el: 6/8/2025
Cómo hacer jarabe de miel en casa

El jarabe de miel es un básico en la barra que aporta una dulzura suave y notas florales sutiles a los cócteles sin la consistencia espesa y pegajosa de la miel pura. Hacer tu propio jarabe de miel en casa requiere solo miel, agua caliente y unos minutos de atención. Este edulcorante versátil se mezcla fácilmente en bebidas frías y calientes, sin más grumos rebeldes en el fondo del vaso.
¿Por qué usar jarabe de miel en lugar de miel pura?
La miel pura es espesa y resiste mezclarse con líquidos fríos, lo que puede resultar en cócteles dulces de manera desigual y miel desperdiciada pegada a los lados de la coctelera. Diluir la miel con agua caliente la transforma en un jarabe que se remueve y agita suavemente, entregando un sabor equilibrado a lo largo de tu bebida.
Ingredientes para jarabe de miel casero
- 60 ml de miel (usa una variedad líquida y suave para mayor versatilidad)
- 60 ml de agua caliente (no hirviendo—aproximadamente 70–80°C es ideal)
Paso a paso: Cómo hacer jarabe de miel
- Agrega 60 ml de miel y 60 ml de agua caliente a un vaso resistente al calor o un recipiente pequeño.
- Revuelve suavemente con una cuchara o batidor hasta que la miel se disuelva por completo en el agua.
- Deja que el jarabe se enfríe a temperatura ambiente.
- Vierte en una botella o frasco limpio de vidrio. Guarda tapado en el refrigerador.

Consejos para el mejor jarabe de miel
- El jarabe de miel en partes iguales (1:1) funciona para la mayoría de las recetas, creando una textura líquida y fácil de verter.
- Para cócteles más dulces y con sabor predominante a miel, prueba una proporción de 2:1: 60 ml de miel por 30 ml de agua caliente.
- Almacena en el refrigerador hasta por 2 semanas. Inspecciona antes de cada uso y desecha si está turbio o con olor extraño.
- Usa miel suave y clara para una dulzura neutral; la miel de flores silvestres o de azahar añade capas extra de aroma a tus bebidas.
Dónde usar el jarabe de miel casero
El jarabe de miel brilla en cócteles como el Bee’s Knees, Gold Rush, Penicillin o incluso un Whiskey Sour. También puedes añadirlo al té, limonada o rociarlo sobre fruta.
